Durante el pasado mes de enero, mientras que gran parte de los argentinos se hallaban de vacaciones alejados de sus preocupaciones laborales diarias los precios no se tomaron ese lapso de descanso. Al incremento del valor de los productos de consumo y servicios al cual el bolsillo de los argentinos tuvo de acomodarse, se sumó para la cadena de la actividad de la construcción y desarrollo inmobiliario un fuerte incremento en el costo de las obras.
Así lo refleja el último índice de la Cámara Argentina de la Construcción que indica un alza superior al 3 % del costo de construcción en tan sólo un mes, entre enero del 2011 y diciembre del 2010.
Los costos de construcción ya habían experimentado un alza significativa durante el año pasado llegando a incrementarse en más del 26 % al término de sus doce meses. Los datos de inicio de año dejan entrever que en este 2011 tampoco darán respiro y por el contrario podrían llegar a cerrar incluso por arriba del ya abultado incremento experimentado durante el 2010.
Un aumento similar al que se produjo durante el año pasado, sin recurrir a estrechar márgenes de rentabilidad por debajo de los cuales no vale la pena correr el riesgo del negocio, implicaría un ajuste en el valor de venta de las unidades superior al 20 % en pesos, eso considerando que la tierra no experimentara ningún aumento. De concretarse los valores de dólar a futuro que se cierran por estos días para fin del año el alza en las cotizaciones en dólares para absorber sólo el aumento experimentado en los costos de construcción debería ser del orden del 8 %.
El manejo de los costos de construcción y la proyección de su evolución resulta dentro del actual contexto inflacionario, central para el futuro desenvolvimiento de los negocios inmobiliarios y para el porvenir de la industria de la construcción privada. Todo borrador inicial de negocios debería contener el mayor egreso por costos a los que deberá hacerse frente hacia delante durante su desarrollo, si no se quiere quedar a mitad de camino o que en lugar de un negocio el resultado sea una pesadilla. Deberá preverse, con mayor atención aún que en años anteriores, de que modo el incremento de la mano de obra y materiales impactará en el valor de venta futuro de las unidades a construir, en la velocidad de absorción por parte del mercado de dichas unidades frente al alza del precio y en la estructura de financiamiento del proyecto.
En este 2011 electoral signado por lo político, un fenómeno económico-monetario como la inflación de costos desafiará aún más a la sensatez, fortaleza e ingeniería financiera de los emprendimientos y a la capacidad, responsabilidad y cumplimiento de quienes estructuran, construyen y desarrollan nuevos inmuebles en nuestro mercado.